La administración del presidente Donald Trump anunció que varias de las farmacéuticas más grandes de Estados Unidos y Europa firmaron acuerdos voluntarios para rebajar los precios de sus medicamentos, como parte del esfuerzo federal por vincular los costos nacionales a los precios más bajos del mercado internacional.
Entre las compañías firmantes se encuentran Merck, Bristol Myers Squibb, Amgen, Gilead, GSK, Sanofi, Genentech (Roche), Boehringer Ingelheim y Novartis, que accedieron a reducir precios y a invertir más en manufactura dentro del país. A cambio, tendrán tres años de gracia sin enfrentar los nuevos aranceles farmacéuticos que Trump prepara.
Trump afirmó que 14 de las 17 compañías a las que envió cartas en julio ya aceptaron su política de precios, calificando el acuerdo como “la mayor victoria para la asequibilidad en la historia del sistema de salud estadounidense”. Solo Johnson & Johnson, AbbVie y Regeneron permanecen fuera del pacto, aunque Trump adelantó que J&J podría sumarse en los próximos días.
El acuerdo incluye compromisos para vender medicamentos a pacientes de Medicaid al precio de “nación más favorecida” y para mantener esa referencia en tratamientos nuevos. Además, las farmacéuticas deberán listar sus productos principales en la plataforma TrumpRx, que será lanzada en enero como un sitio de venta directa con descuentos.
Algunas empresas ya anunciaron ofertas adicionales: Gilead reducirá el costo de su tratamiento contra la hepatitis C, Epclusa, mientras que Sanofi ofrecerá recortes de hasta 70% en ciertos medicamentos cardiovasculares, antibióticos y para diabetes.
El anuncio llega tras una serie de acuerdos previos con Eli Lilly, Novo Nordisk, Pfizer, AstraZeneca y EMD Serono, también vinculados a descuentos y exenciones arancelarias. La presión del gobierno responde al hecho de que los medicamentos en EE.UU. cuestan tres veces más que en otros países desarrollados, según un estudio de RAND Corporation.
La política ha sido criticada por la asociación PhRMA, que argumenta que los verdaderos responsables del alto costo son los intermediarios y no las farmacéuticas. Sin embargo, la Casa Blanca insiste en que los acuerdos permitirán reducir los precios para consumidores y pacientes de manera inmediata.





