Por primera vez en 215 años de historia de México, una mujer dirigió el Grito de Independencia el lunes por la noche, en un eco del llamamiento original de un sacerdote a la rebelión contra el dominio español.
Fue un momento profundamente simbólico para México y para la presidenta Claudia Sheinbaum, la primera mujer presidenta en la historia del país, quien ha mantenido su popularidad durante su primer año en el cargo mientras soportaba la intensa presión del presidente Donald Trump sobre cuestiones como el comercio y los cárteles de la droga. En su aparición, Sheinbaum subrayó repetidamente la importancia de las mujeres mexicanas y de la soberanía de su país.
El llamamiento, el Grito de Dolores, lo dirige tradicionalmente el presidente de México en vísperas del Día de la Independencia. El nombre hace referencia a Dolores, un pequeño pueblo donde el cura Miguel Hidalgo y Costilla llamó a la rebelión, lo que desencadenó en la guerra contra España en 1810.
Sheinbaum, de 63 años, celebró la ocasión en la historia de México como lo han hecho otros presidentes: de pie en un balcón de la plaza principal de Ciudad de México, el Zócalo, ante una multitud abarrotada, haciendo sonar la misma campana que utilizó Hidalgo hace siglos. Pero también marcó el momento con sus propios cambios.
De camino al balcón, en el Palacio Nacional, Sheinbaum y su marido, Jesús María Tarriba, se detuvieron brevemente ante un retrato de Leona Vicario, conocida como la madre de la patria mexicana. El gobierno dijo que era la primera vez que se incluía un cuadro de una mujer en la galería principal del palacio.
Ataviada con una banda presidencial confeccionada por mujeres militares, Sheinbaum recibió a continuación la bandera mexicana de manos de una escolta de honor compuesta exclusivamente por mujeres.
“Mexicanas, mexicanos”, comenzó Sheinbaum su discurso, antes de gritar los nombres de los héroes caídos en la guerra de independencia de México.
A continuación, destacó a mujeres a las que no se suele incluir en el grito, como las luchadoras rebeldes Gertrudis Bocanegra y María Manuela Molina. También se refirió a una patriota mexicana conocida comúnmente como Josefa Ortiz de Domínguez como Josefa Ortiz Téllez-Girón, su nombre antes del matrimonio.
Entonces Sheinbaum gritó “¡Vivan las heroínas anónimas! ¡Vivan las heroínas y héroes que nos dieron patria! ¡Vivan las mujeres indígenas! ¡Vivan nuestras hermanas y hermanos migrantes!”.
A continuación, hizo hincapié en la soberanía mexicana, algo que no sorprende en un acto del Día de la Independencia, pero un tema cargado de significado extra este año debido a la presión de Trump.
El gobierno estadounidense ha presionado a México en una serie de cuestiones, como exigirle que frene la migración, que se adapte a los intereses estadounidenses en materia de comercio y, sobre todo, que combata a los cárteles de la droga. El gobierno de Trump ha declarado organizaciones terroristas a varios cárteles de la droga mexicanos y ha acusado a importantes bancos mexicanos de blanquear dinero. Trump también ha ordenado al Pentágono que explore operaciones militares contra determinados cárteles.
Durante su grito de independencia del lunes, Sheinbaum gritó su apoyo a la “dignidad del pueblo de México” y a un país “libre, independiente y soberano”.
México se enfrenta a grandes retos más allá de las relaciones con Estados Unidos —entre ellos una guerra entre cárteles en una región, la corrupción persistente y el aumento de los costos de la vivienda—, pero Sheinbaum sigue siendo enormemente popular, con índices de aprobación de hasta el 79 por ciento esta semana.
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