Un millar de pájaros cantores murieron este jueves al confundirse con las luces de Chicago antes de iniciar su migración otoñal a Centroamérica y estrellarse contra las ventanas del centro de exposiciones McCormick Place Lakeside Center, a orillas del lago Michigan.
Las colisiones de aves con ventanas son un problema en casi todas las grandes ciudades de Estados Unidos. Las aves no advierten el vidrio transparente ni el reflejante ni comprenden que es una barrera letal. Cuando ven plantas o matas a través de las ventanas o reflejadas en ellas vuelan en esa dirección.
Las aves que emigran durante la noche, como los gorriones y las currucas, se valen de las estrellas para orientarse. Las luces brillantes de los edificios las atraen y las confunden, lo que hace que se estrellen contra las ventanas o que vuelen alrededor de las lámparas hasta que mueren de agotamiento.
El Instituto Smithsonian de Biología de la Conservación y el Servicio de Pesca y Vida Silvestre publicó un estudio en 2014 que cifraba de 365 millones a 988 millones las aves muertas cada año al golpearse de forma inadvertida contra ventanas en Estados Unidos.
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